Una nueva variante del coronavirus, catalogada como «preocupante» por la Organización Mundial de la Salud, está dando qué hablar en países de Europa, donde recientemente han tomado nuevas restricciones para evitar nuevos contagios.

La variante  B.1.1.529, bautizada como Ómicron, fue descubierta el pasado 25 de noviembre por científicos en Sudáfrica, y debido a su alto grado de contagiosidad ya registra casos en Inglaterra, Bélgica, Hong Kong, Israel y Botsuana.

Como forma de contrarrestar su circulación, diversos países europeos han aplicado nuevas restricciones aéreas a países como Sudáfrica, Lesoto, Botsuana, Zimbabue, Mozambique, Namibia y Suazilandia. Por su parte, EE.UU. restringió la entrada a ciudadanos sudafricanos en siete estados.

Antecedentes hasta el momento

En cuanto a su mutación, expertos aseguran que presenta «el mayor número de mutaciones que hayamos visto hasta ahora«, consignó AFP.

«Algunas se observaron ya en delta y beta, pero otras son desconocidas (…) y no sabemos cómo se traducirá esta combinación de mutaciones«, declaró Mosa Moshabela, investigador sudafricano.

Sobre la velocidad de trasmisión de la variante, Mosa Moshabela comentó que «algunas de las mutaciones que vimos en el pasado permitían al virus propagarse más rápido y más fácilmente. Por esta razón, sospechamos que esta nueva variante se difundirá a mucha velocidad«.

En ese contexto, la tasa de positivos diarios por coronavirus registrados en Sudáfrica pasó del 3,6% el miércoles, al 6,5% el jueves y al 9,1% el viernes, de acuerdo con datos oficiales.

Hasta el momento se desconoce con exactitud la efectividad de las vacunas frente a Ómicron, no obstante, debido a los casos de reinfección, «mucho más numerosos que durante las anteriores olas» de la pandemia, expertos insinúan que no tendría dificultades de contrarrestar la inmunidad.