La Unicef, por primera vez desde la invasión rusa, se refirió a parte de las consecuencias que traerá el conflicto bélico a la vida de los menores de edad de Ucrania.

De acuerdo con Catherine Russell, la intensificación de las hostilidades en Ucrania representa una amenaza inmediata para la vida y el bienestar de 7,5 millones de niños ucranianos.

En ese sentido, apuntó a que «el uso de armas pesadas a lo largo de la línea de contacto ya ha destruido en los últimos días diversas infraestructuras hidráulicas e instalaciones educativas esenciales«.

Tras las primeras jornadas de invasión rusa, desde la organización comunicaron que están trabajando «para ampliar los programas que salvan las vidas de los niños y niñas«, lo que incluye transporte de agua potable a las zonas afectadas por el conflicto y la disposición de suministros de salud, higiene y educación de emergencia.

Añaden que están colaborando con los municipios para garantizar a los menores y sus familias la atención médica inmediata, en caso de necesitarlo, y la proporción de atención psicosocial a los niños/as traumatizados por la guerra.

Debido al desplazamiento de la ciudadanía desde las principales ciudades hacia las zonas fronterizas del oeste del país, «decenas de miles de familias podrían ser desplazadas por la fuerza, lo que aumentaría drásticamente las necesidades humanitarias«, advierte.

De igual forma, la presidenta de Unicef respaldó el reciente llamado de Antonio Guterres, secretario general de las Naciones Unidas para buscar un alto al fuego del conflicto.

Instaron a que las partes involucradas «respeten sus obligaciones internacionales de proteger a los niños y niñas de cualquier daño«.

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