Este martes se concretó la desocupación de la ocupación por parte de la comunidad mapuche Aukin Wallmapu de la planta hidroeléctrica Pangue, ubicada en la comuna de Alto Biobío.
La toma se mantenía desde enero a causa de un importante desacuerdo por parte de la comunidad, quienes acusan a la empresa italiana ENEL de no cumplir los compromisos acordados en reuniones durante los años 2016 y 2017.
La comunidad exigía, según los acuerdos, la construcción de un hito memorial en un sitio donde pasaría la inundación de la represa, lo que a la fecha no ha sido iniciado.
La empresa dio a conocer el desalojo mediante un comunicado, donde señalan que «nuestros trabajadores podrán ingresar a las instalaciones de manera segura para mantener el correcto funcionamiento de la central que además significa seguridad para la cuenca del Río Biobío».
En ese sentido, «valoramos la intervención ordenada por la delegada regional, dando cumplimiento al deber de resguardar el orden público y la seguridad del suministro eléctrico».
«Sin perjuicio de perseguir las responsabilidades respectivas en su momento y ante quien corresponda, tutelamos los mecanismos de diálogo respetuoso y transparente instalados en el territorio y confiamos en el trabajo colaborativo para el desarrollo local construido con las comunidades en Alto Biobío», aseguran.
El desalojo, llevado a cabo por Carabineros, se desarrolló con normalidad y de forma pacífica. A pesar de ello, desde Aukin Wallmapu criticaron en duros términos a las autoridades regionales involucradas en el desalojo, como la delegada provincial Paulina Purrán y a Daniela Dresdner.
«Nos vamos sin acuerdo alguno, pero ahora, señores de Enel, comenzará la lucha. Señora Dresdner le quedó grande el cargo al ir con la policía por delante, no puede ser que en nuestro territorio manden los italianos», sostuvo María Curriao, presidenta de la comunidad.
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