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Opinión: Autocuidado y salud dental

Por Blanca Klahn Acuña, directora de la carrera Odontología, Universidad Andrés Bello.

Mantener una buena salud oral puede tener sobre la salud general, tanto física como mental. A través de los años, si bien hemos podido lograr grandes avances en los tratamientos y los enfoques de éstos, apuntando hacia tendencias preventivas más que curativas, la evidencia muestra que aún queda mucho por avanzar, si es que queremos lograr el desafío de ver mejoras evidentes en el estado de nuestra población.

Prueba de esto es un estudio reciente publicado por Espinoza y colaboradores (2021), quienes muestran que, en Chile, y en particular en nuestra región, lamentablemente todavía existen uno de los más altos niveles de prevalencia de caries en niños, o de otros estudios del Ministerio de Salud, donde al día de hoy se evidencia que más del 90% de adultos entre 35 a 44 años presenta algún grado de daño periodontal.

Esto se muestra especialmente preocupante en una población crecientemente mayor, donde no existen suficientes recursos para acceder a una atención de calidad, o que por problemas de salud general se impide el libre acceso a ella.

Los resultados pueden ser alarmantes, sin embargo, es tiempo de pensar, ¿cómo es posible revertir esta situación? La respuesta es compleja, pero es posible reconocer tres frentes fundamentales para mejorarla: educación y promoción en salud, una atención profesional de calidad y, lo más importante, el autocuidado.

En referencia al primer punto, es importante recalcar lo necesario de mantener el trabajo arduo y esforzado de los distintos programas de educación que existen de promoción de salud en niños, jardines, colegios y otras instituciones, pero además, de establecer y consolidar un programa preventivo que abarque adultos y adultos mayores, especialmente en los niveles socioeconómicos más bajos de todos los sectores, tanto urbanos como rurales.

En relación a la atención profesional, mencionar la importancia de informarse de la persona que lo tratará, buscando sus antecedentes a través del registro de prestadores de la Superintendencia de Salud. En éste, encontrará los antecedentes que validen al profesional que lo está atendiendo, certificando su formación y especialidad, si la tuviere.

Y por último, y para mi criterio lo más importante, el autocuidado y la motivación: tener consciencia de lo imprescindible que es mantener los dientes y encías limpios, a través de una correcta técnica de higiene y buenos hábitos alimenticios. La visita al dentista sólo cubre un porcentaje del éxito del tratamiento, ya que mantener una boca sana, involucra de forma protagónica el esfuerzo mantenido del paciente mismo, todos los días del año. Realizarlo es fácil, pero formar el hábito es lo más complicado: este es el desafío que hay que asumir para ojalá, en los próximos años, dar vuelta las cifras.

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