Por: Juan Salas Méndez, kinesiólogo Fundación Las Rosas

Sin duda el día del padre es una fecha muy linda, de reconocimiento, reencuentros, cariños y afecto. Muchos de los residentes seguro serán visitados este año, ya sea por sus hijos o algunos familiares o personas significativas, que si bien no fueron sus padres biológicos ocuparon esa figura paterna con responsabilidad y afecto.

Muchos de los residentes han sido solteros sin hijos, pero han tenido la oportunidad de estar presenta como un verdadero padre con alguno sobrino/a y el vínculo es igual de fuerte que un padre biológico, diría que en algunos casos es mayor porque es un vínculo de amor y de cuidado hacia al otro, el cual nace solo del corazón.

Le consulte a un residente que es ser padre para usted, el me responde “es el mayor orgullo y tarea que Dios me encomendó en esta tierra”. Verdaderamente para él, la tarea de cuidar, guiar y entregar cariño a los hijos fue lo que hoy lo llena de orgullo y conformidad.

Para mí, que soy padre, es una tarea difícil muchas veces poder estar para mis hijos, por las largas jornadas de trabajo y compromisos externos, pero el tiempo que paso con ellos intento que sea de calidad y muy significativo, que pueda calar tan profundo en sus corazones que con el paso del tiempo ellos me recuerden como un padre afectuoso que lo dio todo por ellos, creo que eso sería cumplir mi propósito al final de esta vida.

Una última reflexión, respecto a la paternidad tengo la convicción que para ser buenos padres debemos tomar como ejemplo al gran Padre que muestra su amor incondicional a nosotros, aunque a veces nos caigamos o nos equivoquemos, él siempre está para nosotros y nos ayuda a levantarnos.

Terminando puedo decir que en ocasiones no es una tarea fácil ser un padre a veces ingrato y muchas veces incomprendido por los hijos, pero el amor y afecto que entregamos en todo lo que hacemos por ellos traerá el orgullo que hoy sienten muchos residentes que ya cumplieron con esta hermosa oportunidad que la vida nos regala.