El Papa Francisco ha denunciado la indiferencia ante el destino de los inmigrantes que intentan llegar a Europa desde África a través del Mediterráneo.

«No nos acostumbremos a ver los naufragios en los titulares y las muertes en el mar en meros números», afirmó el viernes el jefe de la Iglesia católica al inicio de una visita a la ciudad portuaria francesa de Marsella.

«Hay que rescatar a las personas que corren riesgo de ahogarse si se exponen a las olas. Este es un deber de humanidad, un deber de civilización», dijo el pontífice en un monumento a los inmigrantes que se ahogaron en el Mediterráneo.

«Estamos en una encrucijada de la civilización. No podemos resignarnos a ver a personas tratadas como trueques, encarceladas y cruelmente torturadas; no podemos soportar más las tragedias de los naufragios provocados por la vil trata de seres humanos y un fanatismo de la indiferencia», advirtió, de 86 años.

La suerte de los inmigrantes es el tema central de la visita de Francisco a Marsella con motivo de un encuentro de jóvenes con participantes de 29 países de la región mediterránea. Más de 10.000 refugiados llegaron a la isla mediterránea italiana de Lampedusa sólo este mes.

Los incidentes fatales también ocurren una y otra vez. Al inicio de su viaje, el Papa expresó su sorpresa por las condiciones allí. Según fuentes francesas, la migración también será un tema importante en la reunión del sábado con el presidente francés, Emmanuel Macron.

Se esperan 60.000 creyentes en una misa en el estadio Vélodrome.

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