Dos ataques israelíes contra una escuela y un hospital cobraron la vida de al menos 25 personas y dejaron heridas a otras 120. La escuela albergaba a personas desplazadas en el campamento de refugiados de Nuseirat.

Además, el ataque también afectó tiendas de campaña instaladas en el Hospital de los Mártires de Al Aqsa (Deir al Balá), en el centro de la Franja de Gaza.

Este es el séptimo ataque que Israel realiza contra el mismo centro médico, según las fuentes locales. La mayoría de las víctimas de los bombardeos son mujeres y niños.

En su defensa, el Ejército de Israel, como ha sido habitual durante el último año, comunicó que estaban buscando acabar con un centro de comando de Hamás.

Por su parte, la oficina de medios del Gobierno de Gaza aseguró que el Ejército de Israel sabía que en la escuela “había miles de niños y mujeres desplazados de sus hogares y cuyos barrios fueron bombardeados”.

“Atacaron la escuela a pesar de que estaba en una zona que la ocupación no clasificó como zona de combate”, ha criticado.

Ante el hecho, Hamás declaró que “la horrible masacre cometida” por Israel “es una insistencia en su guerra de exterminio”, la cual “no se habría atrevido a continuar” si no fuera por “la cobertura proporcionada por la Administración estadounidense y el silencio internacional.

Israel is burning Palestinian civilians alive in Gaza pic.twitter.com/dtSC7EHh3x

— أنس الشريف Anas Al-Sharif (@AnasAlSharif0) October 13, 2024