Esta mañana Nicolás Maduro juró como presidente de Venezuela ante la Asamblea Nacional encabezada por el chavismo, ceremonia llevada a cabo en medio de manifestaciones populares y el aislamiento internacional.
La toma de posesión ocurre bajo total ilegalidad y bajo la protección de los poderes del Estado y el Ejército -controlados por el chavismo-, pues jamás se demostró que Maduro venciera a Edmundo González en las pasadas elecciones del 28 de julio de 2024.
En cambio, la oposición exhibió su triunfo mediante la publicación parcial de las actas electorales de esa jornada, que mostraban una abismal diferencia de votos entre González y Maduro.
A la toma de posesión asistieron una cantidad limitada de representantes internacionales, específicamente de países como Nicaragua, Honduras, Cuba, Antigua y Barbuda, Rusia y miembros de las embajadas de Brasil y Colombia.
Con esto Maduro extiende la duración de su régimen hasta 2031, el que lleva en pie desde 2013 pese a las distintas formas de presión internacional e interna.
Casi la totalidad de los países del mundo desconoce el supuesto triunfo de Maduro y se niega a reconocerlo como jefe de Estado, incluido Chile.
Originalmente estaba previsto que Edmundo González ingresara al país y juramentara como presidente, pero Maduro cerró las fronteras de Venezuela esta mañana para evitar su entrada y difundió una alerta internacional para su captura.
González tenía pensado ingresar a territorio venezolano desde Republica Dominicana tras meses exiliado en España, acompañado por siete expresidentes de Latinoamérica.
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