Rodeado por su familia, autoridades internacionales a fines a su pensamiento, expresidentes y multimillonarios del mundo de las tecnologías, Donald Trump tomó posesión del cargo de presidente de EE.UU. por segunda vez este lunes en el Capitolio de Washington, convirtiéndose en el 47°.
En esta ocasión, Trump inicia una nueva era presidencial ideológicamente más intensa que su primer mandato (2017-2021), pues ahora cuenta con mayoría en la Cámara de Representantes, el Senado, la Corte Suprema y un respaldo mayoritario en la población estadounidense.
Minutos antes que él, J.D. Vance juró como vicepresidente de la nación norteamericana, quien lo acompañará a lo largo del mandato en la Casa Blanca.
En sus primeras palabras como nuevo mandatario, partió criticando duramente a su predecesor Joe Biden, al gobernador de California y a sus vecinos México y Canadá, y aseguró que Dios lo «salvó» del atentado en Filadelfia para volver «grande» a Estados Unidos.
«Hemos transitado el peor gobierno de la historia […] el declive de EEUU ha terminado. Cada día, en el marco de mi gobierno, vamos a trabajar para tratar cada crisis, avanzaremos para devolver la esperanza. El 20 de enero de 2025 es el día de la liberación», manifestó.
«Seremos la envidia de todas las naciones. No vamos a permitir que se aprovechen de nosotros, durante cada día voy a poner a EEUU en primer lugar», exclamó.
Primeras medidas de Trump 2.0
En las últimas horas antes de la ceremonia de toma de posesión, Trump adelantó que sus primeras medidas como jefe de Estado serán la firma de cerca de 100 decretos, algunas de ellas para revertir las últimas políticas de Joe Biden.
Una de ellas ordenaría una redada para detener migrantes indocumentados, el cambio del nombre del Golfo de México por «Golfo de América» y el reconocimiento de solo los sexos masculino y femenino por las instituciones gubernamentales.
También prometió decretar «emergencia nacional» en los estados de la frontera con México para enviar a miembros del Ejército e instituciones de orden a evitar el paso de migrantes irregulares.
A mediano plazo, anunció que deportará a millones de migrantes ilegales, aumento de aranceles a México y Canadá, eliminará el impuesto verde, fortalecerá la industria automovilística estadounidense e impulsará la explotación de nuevos pozos petroleros.
Otra de los objetivos en política externa será el intento de anexión de Groenlandia -perteneciente a Dinamarca- y retomar el control del Canal de Panamá, incluso utilizando la fuerza, según insinuó en múltiples ocasiones. Incluso propuso que Canadá sea el estado número 51.
Se espera que en las próximas horas indulte a decenas de personas que participaron en el asalto al Capitolio al final de su primer gobierno, ocasión en que se negó a reconocer a Joe Biden como presidente luego de su triunfo en las elecciones de 2016.
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