Finalmente, tras más de un año en prisión preventiva en una cárcel de Barcelona, el exfutbolista brasileño Dani Alves resultó condenado a cuatro años y seis meses de prisión por ser autor de una violación en un lugar nocturno de esa ciudad la noche del 30 al 31 de diciembre de 2022.

El tribunal acreditó la agresión sexual en contra de una joven en el baño de una discotheque y, además, le impuso una pena adicional de 5 años adicionales de libertad vigilada, orden de alejamiento de la víctima por 9 años y medio y el pago de una indemnización de 150.000 euros (unos 160.000 dólares).

Alves arriesgaba una pena máxima de 12 años según el Código penal de España, sentencia solicitada por la defensa de la víctima, mientras que la Fiscalía pedía nueve años de cárcel.

La defensa del brasileño apuntaba al consumo de alcohol como factor atenuante en la condena, además de asegurar que la relación fue consentida, postura que fue negada tanto por los denunciantes como por testigos. Además, Alves fue cambiando su versión de los hechos en más de una ocasión.

En detalle, el fallo del tribunal aseguró que «el acusado cogió bruscamente a la denunciante, la tiró al suelo y evitando que pudiera moverse la penetró vaginalmente, pese a que la denunciante decía que no, que se quería ir».

«Con ello se cumple el tipo de ausencia de consentimiento, con uso de la violencia, y con acceso carnal», afirmaron.

Cabe señalar que la condena da a conocer este jueves podría no ser definitiva, ya que la defensa de Alves puede apelar la decisión en el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña y el Tribunal Supremo.