Estefanía Gutiérrez, a un año de la desaparición de su hijo de tres años, continúa a la espera de los peritajes internacionales para esclarecer las circunstancias que le quitaron la vida al pequeño Tomás. Asegura no tener confianza en las instituciones chilenas y que no ha logrado cerrar el ciclo de dolor. 

Este jueves se cumple un año de la fecha en que al pequeño Tomás Bravo se le perdió la pista en el sector rural de Caripilún, perteneciente a la comuna de Arauco, en la provincia homónima de la región del Biobío.

Una vez enterados de la desaparición del pequeño, quien se encontraba recorriendo un predio junto a su tío abuelo, la familia tomó cartas en el asunto y viralizó peticiones de ayuda para encontrarlo. No se supo nada hasta el día 26 de febrero de 2021, cuando su cuerpo fue encontrado sin vida.

A lo largo de estos meses, se han protagonizado por polémicas judiciales y acusaciones de desprolijidad hacia el Servicio Médico Legal, Estefanía Gutiérrez, la madre del pequeño de tres años, ha encabezado las múltiples manifestaciones para buscar el avance de la justicia en torno a la muerte del menor.

En una amplia conversación, Gutiérrez comenta que no se encuentra bien anímicamente, dada la ausencia de su hijo y «porque todavía no hay justicia, todavía no sabemos nada de lo que pasó. Estamos muy mal«.

«Es difícil acostumbrarse sin el Tomy. Parece que fuera ayer, como si se hubiese ido (…) pasó tan rápido el tiempo», expresa.

Errores investigativos

La falta de justicia y la incertidumbre que pesa a un año de su incidente la mantiene en vilo, pues «el no saber nada, no tener claro quien le hizo daño, que esté libre todavía, causa mucha rabia e impotencia«.

«El dolor siempre va a estar, se va a sufrir siempre, pero hay una etapa que no se cierra, que es donde uno se centra en buscar justicia y hacer muchas cosas para ser escuchada, y al final una no puede vivir su duelo y no puede cerrar el ciclo de este dolor«, explica.

Estefanía nunca ocultó su opinión acerca del trabajo llevado a cabo por la Fiscalía y de la participación del Servicio Médico Legal, quienes no lograron llegar a una conclusión definitiva, a pesar de disponer de las facultades y el cuerpo del pequeño por una amplia extensión de tiempo.

«Yo siempre he sido muy crítica con la investigación: desde el principio se han cometido errores tras errores. La verdad es que toda esta investigación está en nada, y siempre he dicho: esto se cometió desde la búsqueda, partió todo mal desde que me hijo desapareció«, asegura la madre de Tomasito.

En el mismo plano, revela que «no estoy conforme con lo que han hecho las instituciones públicas» y que «no confío en lo que se está haciendo acá en Chile«.

La desconfianza que le ha provocado la incertidumbre de la investigación sobre su hijo la ha hecho dudar del sistema de justicia. «Cada vez creo menos en la justicia terrenal, en las personas«, comenta.

Por otro lado, asegura que ha encontrado apoyo anímico en la religión, como forma de aminorar el dolor. «Confío en Dios y en mi Tomy. Él me va a ayudar a seguir teniendo fuerzas y que se pueda saber la verdad de todo lo que pasó y que se pueda esclarecer, pero no sé si creer en la justicia terrenal», comenta.

A la espera de peritajes internacionales

A mediados de 2021, la Fiscalía solicitó apoyo científico al FBI. La institución estadounidense concluyó el día 25 de agosto que Tomás había sido asesinado, y que su causante habría sido un hombre, lo que contradijo el informe que había presentado el Servicio Médico Legal.

Las pruebas científicas en cuestión se mantienen activas pero no se han remitido a Chile nuevas conclusiones respecto al esclarecimiento de la muerte del niño. En torno a esta tardanza, Gutiérrez señaló que «me dieron un tiempo, pero no es un plazo determinado. Se supone que podría ser de dos a tres meses de aquí a mayo o junio, pero más de dos o tres meses no se podría demorar».

«Igual uno a veces dice «cómo tanto», o «por qué tanta demora», mi abogado que tiene experiencia, me dice que las pruebas científicas se demoran», añade.

En ese contexto, confiesa no estar conforme con la investigación paralela que se mantiene en Chile pues «al parecer sigue trabajando el Servicio Médico Legal (…) Yo siempre lo he dicho, las instituciones públicas ya fallaron acá, y lo que ellos arrojen no va a ser para mí algo concreto«.

«Han dicho muchas cosas, han cambiado muchas veces las versiones de su diagnóstico, y yo no quiero que vuelvan a jugar otra vez con nuestro dolor y con la muerte de mi hijo«, expresa.

Finalmente, anuncia que este jueves 17, a modo de conmemoración por la desaparición de su hijo, organizará un acto en la Plaza de Armas de Arauco. «Estará el sacerdote de la parroquia de Arauco, dará una pequeña ceremonia, se prenderán velitas y se bailará cueca en honor a mi hijo».

«Después, el día 26 en que lamentablemente fue encontrado mi hijo, se hará algo en su memorial. Vendrán artistas, cantantes que le hicieron canciones a mi hijo, se le rendirá honores, también se hará un culto religioso, porque la idea es más que nada una ceremonia para recordar y exigir justicia«, informa.

Esto como forma de sostener la atención de la ciudadanía en el trabajo de la investigación y en las peticiones de justicia, «sobre todo porque todavía no se sabe nada, entonces una no se puede quedar tranquila, una siempre busca la manera de poder buscar justicia, de exigir, de gritar, de demostrar su descontento, su rabia. Entonces estas son las instancias donde hay que recordar a mi hijo más que nunca. Sobre todo porque todavía no se sabe nada», concluye.

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